
1. Hacer un sintético resumen de los antecedentes de cada integrante. Pedirles a los miembros del equipo que les comenten brevemente a sus compañeros algo sobre su historia y experiencia laboral, ayuda a lograr dos objetivos importantes: transmitir información sobre las capacidades de cada uno e inspirar respeto entre sus compañeros.
2. Preguntarles a los integrantes del equipo qué les dió resultado en el pasado. Así se logra fomentar el compromiso de la gente, se demuestra que el líder respeta las habilidades de cada uno y, al mismo tiempo, se consigue información nueva y útil.
Una advertencia: debe dejar en claro que no está invitando al equipo a tomar decisiones en conjunto. Sin aceptar ni rechazar abiertamente las ideas ajenas, puede inspirarse en alguna de ellas para formular un plan de acción, lo cual demuestra que está abierto a las ideas del equipo, pero que no cede la responsabilidad de la toma de decisiones.
3. Describir cómo trabajará el equipo. Explique claramente por qué se formó el grupo y cuál es el problema a resolver. Luego describa el resultado esperado en términos concretos, de modo que todos entiendan cómo será el producto final. El siguiente paso es detallar un plan de acción, para que cada miembro del equipo sepa exactamente qué hay que hacer y cuándo. Por último, asegúrese de que todos sepan de qué modo su participación -y la de los demás- contribuirá a lograr los objetivos grupales.
4. Optimizar las fortalezas individuales. Determinar las mejores asignaciones para cada miembro del equipo según su experiencia y entrenamiento, le permitirá demostrar que usted los escuchó cuando compartían sus experiencias.
5. Aclarar cómo se tomarán las decisiones. Explique cómo tomará decisiones y resolverá conflictos. Describa en pocas palabras lo que cada posición en el equipo puede hacer, dejando en claro que usted tomará las decisiones que afectan el funcionamiento del equipo y a su habilidad para cumplir con la misión. Absténgase de intervenir en decisiones que deberían tomar los miembros del equipo individualmente.
6. Garantizar el libre flujo de información. Debe establecer procesos de comunicación claros para los diferentes aspectos del trabajo en equipo. El correo de voz y el electrónico podrían ser útiles para la gente que trabaja en localidades distantes, mientras que las interacciones cara a cara o telefónicas son más recomendables para resolver problemas (aunque en estos casos las decisiones deberían ser documentadas). Por último, la información para todo el equipo se comparte mejor por escrito.
Un comentario adicional: brinde feedback positivo a menudo e identifique los resultados alcanzados. El feedback negativo no debería ser crítico ni rencoroso. Basta decir "esto no satisface nuestras necesidades, le explicaré por qué", para permitir que la opinión negativa se convierta en una parte esencial de la cultura del equipo.
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