
1) No dar consejos. Nuestra misión como coach es facilitar un espacio de reflexión para que nuestro colaborador pueda comprender, por sí mismo, la situación en la que se encuentra, no brindarle la solución ("nuestra" solución).
2) Si nuestro colaborador está muy afectado emocionalmente, tal vez sea más conveniente esperar a un momento más oportuno para brindarle retroalimentación.
3) Si somos nosotros quienes estamos afectados, deberemos esperar hasta habernos serenado, no iniciar la reunión si no estamos seguros de poder manejarla productivamente.
Luego de evaluados estos puntos, plantearemos la reunión de la siguiente forma:
- Establecer un propósito. Mencionar, de forma breve y concisa, el motivo de la reunión sin hacer suposiciones ni inferencias.
- Establecer reglas básicas. Aclarar nuestro rol durante la reunión y sobre el manejo que haremos de la información que se origine en ella.
- Definir el tema de la reunión. Formular de forma clara y precisa el desempeño observado en nuestro colaborador en relación con la norma u objetivo que debería haber cumplido.
- Obtener una visión compartida de la situación. Preguntarle al colaborador cómo ve él la situación y exponerle las consecuencias que su desempeño tiene para el negocio. Trabajar con él hasta alcanzar un acuerdo común acerca del problema y sus consecuencias.
- Obtener un plan de acción. Ayudar a nuestro colaborador a que establezca un plan concreto de acción para corregir o mejorar la situación.
- Obtener el compromiso explícito de nuestro colaborador con el plan de mejora a desarrollar, y establecer, de manera conjunta, un procedimiento para efectuar un seguimiento del avance del mismo.
- Agradecer a nuestro colaborador su colaboración para solucionar la situación.
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