- Tener muy claro el objetivo a alcanzar con la presentación. Formulado en términos de los comportamientos observables y medibles que se espera desarrollen los participantes al finalizar la presentación.
- Conocer profundamente a la audiencia. ¿Quiénes son? ¿Cómo son? ¿Qué necesitan? ¿Cuáles son sus expectativas? ¿Cuánto saben acerca del tema y del presentador? ¿Qué "lenguaje" hablan? etc.
- Estructurar cuidadosamente la presentación. Seleccionar cuidadosamente los contenidos y las actividades a desarrollar en función de su contribución al logro del objetivo.
- Preparar una detallada guía o argumento de la presentación. Con indicación de tiempos, contenidos a presentar, actividades y medios audiovisuales. Recordar los tres puntos esenciales al desarrollar un tema: "decir lo que se va a decir, decirlo, decir lo que se dijo".
- Seleccionar medios audiovisuales (trasparencias, videos, gráficas, etc.) y determinar el tipo de sala y equipamiento que mejor se adapte al tipo de presentación.
- Prepararse adecuadamente. Prestar especial atención a su estado de ánimo, a sus actitudes, a su lenguaje verbal y a su lenguaje no verbal. Ante la audiencia el presentador se debe mostrar, en todo momento, capacitado, dispuesto y disponible.
- Practicar la presentación tantas veces como sea necesario hasta sentirse completamente seguro. Piense que durante la presentación, bajo las exigencias propias de este tipo de actividad, le será muy dificil improvisar.
- Finalmente, disfrute la tarea. Su capacidad profesional y su buena disposición serán recibidas por la audiencia y ésta responderá de la misma forma contribuyendo, así, a generar un productivo ambiente de trabajo.
martes, 26 de junio de 2007
La Efectiva Presentación Oral
El Maestro
lunes, 25 de junio de 2007
Cómo Tomar Decisiones
- Establecer con precisión el propósito u objetivo final que se desea alcanzar. Elaborar una clara imagen mental del lugar dónde estaremos cuando la decisión haya sido llevada a cabo.
- Identificar cuáles son los resultados que esperamos obtener, así cómo los recursos de los que disponemos. Establecer cuáles de ellos deben ser obligatoriamente satisfechos.
- Analizar una amplia cantidad de alternativas para la decisión y abrir el proceso a la participación de todos aquellos que luego se verán afectados por sus resultados. No conformarnos con aquella solución que más nos gusta personalmente o con la primera que se nos aparece.
- Analizar los riesgos inherentes a cada alternativa de solución posible. Es verdad que no todo puede ser previsto, pero, si a poco de ser implantada la decisión fracasa por algo que sí se podría haber evitado las excusas estarán absolutamente de más.
- En todo momento basarse en información objetiva, revisar paradigmas para identificar aquellos que ya resultan obsoletos y, como ha dicho Edward De Bono, "escuchar al corazón", pues en una intuición puede, en ocasiones, ocultarse la mejor solución a un problema.
sábado, 23 de junio de 2007
Prioridades y Estrés
Este mal reconoce diversas causas, y una de ellas, tal vez la más frecuente, es la imposibilidad material de hacer todo lo que querríamos hacer en las, muchas veces, aparentemente escasas 24 horas de las que diariamente disponemos. El problema radica en que, por más que lo intentemos, esas 24 horas se empecinan en ser solamente eso: ¡24 horas!. La solución no pasa, obviamente, por nuestros esforzados intentos para poder aumentar la cantidad de horas que dedicamos al trabajo, sino por hacer menos en cantidad y más en calidad. Por poder discriminar lo que es importante de lo que es urgente. Por manejarnos más proactivamente y menos reactivamente.
- Fijarse claros objetivos a ser alcanzados, tanto en el plano laboral como personal. Formularlos con precisión a fin de poder medir fácilmente su cumplimiento, separando los de corto plazo de los de largo plazo.
- Desarrollar un plan de actividades que abarque un lapso de una semana a fin de contar con un marco apropiado para nuestras tareas.
- Elaborar una Agenda diaria de actividades, priorizadas en función de: 1) Su contribución (Alta - Media - Baja) al logro de los objetivos: Importancia; 2) La presión de tiempo (Alta - Media - Baja) que sentimos para llevarlas a cabo: Urgencia, y 3) Las consecuencias por NO llevarlas a cabo: Tendencia (Se agravan - Siguen igual - Mejoran).
Este procedimiento nos permitirá contar con una visión panorámica de nuestra tarea y así podremos determinar:
- Actividades de poca o ninguna contribución y alta urgencia. Ante ellas nos podremos preguntar: ¿Por qué son urgentes? ¿Para quién son urgentes? ¿Cuál es el objetivo al cual contribuyen? ¿Quién es el "dueño" de ese objetivo?. Luego, tal vez podamos delegarlas o, simplemente, eliminarlas.
- Actividades de poca o ninguna contribución y baja urgencia. ¡Eliminarlas! Ocuparnos de estas actividades sólo servirá para apartarnos de nuestros objetivos, haciéndonos más inefectivos.
En ambos casos deberemos pensar en la Tendencia de las situaciones. Si las consecuencias derivadas de no resolverlas pudiesen llegar a ser graves, tal vez deberíamos ocuparnos de ellas para que los daños no sean mayores.
- Actividades de alta contribución y alta urgencia. Estamos ante las denominadas ¡crisis!. Obvamente, debemos ocuparnos de ellas de inmediato, son nuestra responsabilidad. Sin embargo, luego de resolverlas, deberíamos preguntarnos: ¿Por qué no hemos podido prever esta crisis? ¿Qué acciones preventivas podemos implementar a fin de detectarlas y resolverlas a tiempo en el futuro.
- Actividades de alta contribución y baja urgencia. Atractivas y desafiantes, estas actividades se relacionan fuertemente con nuestros objetivos y podemos ocuparnos con ellas con calma, sin presiones, teniendo la posibilidad de aplicar en ellas todos nuestros conocimientos y experiencia para llevarlas a cabo con éxito.
- Situación favorable: Mayoría de actividades de Alta contribución / Baja urgencia. Estamos en el buen camino, nos estamos dando tiempo para encarar lo importante, actuando con un enfoque proactivo.
- Situación desfavorable: Mayoría de actividades de Alta urgencia. Enfrentamos demasiadas crisis, nuestro enfoque es reactivo y el estrés está cerca, muy cerca. Tal vez sea este un buen momento para intentar un cambio.
viernes, 15 de junio de 2007
Elevar el Nivel de las Decisiones
domingo, 10 de junio de 2007
Comprimidos # 1
1) "En un mundo de continuos fines y nuevos comienzos, necesitamos algún punto constante en el cual concentrarnos, un centro en torno al cual reunir nuestros aprendizajes. La conexión con nuestra esencia nos brinda ese punto de referencia estable. Cuando nuestra esencia se manifiesta en nuestro trabajo, todo lo que hacemos cobra mayor claridad, fuerza y vitalidad". (Susan M. Campbell)
2) "Quienes no investigan la realidad no pueden aspirar a repararla. Quienes no planean sobre la base de conocimientos sólidos se tornan esclavos de planes ajenos. Y quienes no nadan contra la corriente son arrastrados por el océano anónimo". (Mario Bunge)
viernes, 8 de junio de 2007
La Necesidad de "Reinventarnos"
"Todos enfrentamos el gran desafío de descubrir nuestras habilidades innatas y reiventarnos a lo largo de la vida.
Creo en la autoinvención como un ejercicio de la imaginación. Básicamente, es así como llegamos a conocernos. Las personas que no pueden inventarse ni reinventarse a sí mismas se deben contentar con las actitudes prestadas, las ideas de segunda mano, con adaptarse en lugar de destacarse. Inventarse es lo opuesto de aceptar los papeles que nos han inducido a jugar.
Ser auténtico es ser literalmente su propio autor (las palabras derivan de la misma raíz griega),
para descubrir sus energías y aspiraciones innatas, y luego encontrar su propia manera de realizarlas. Cuando usted ha logrado eso, no está existiendo simplemente para vivir de acuerdo con una imagen impuesta por la cultura, la tradición familiar, o alguna otra autoridad. Cuando usted escribe su propia vida, puede jugar el papel que es natural para usted. Cumple con su propia promesa".
La Calidad de una Decisión
- Abuso de la experiencia, como ocurre cuando se reiteran decisiones anteriores exitosas aunque las circunstancias que rodean a la nueva decisión hayan cambiado.
- Dedicación a los temas de rutina, haciendo que la atención de las decisiones operativas desplace a las estratégicas.
- Inadecuada jerarquización de los problemas, sin considerar apropiadamente su importancia, urgencia y patrón de evolución futuro.
- Deficitaria información acerca del contexto y de los resultados obtenidos con decisiones anteriores.
- Exceso de perfeccionismo, esperando más de lo oportuno para decidir a fin de contar con toda la información posible.
- Falta de iniciativa o espíritu emprendedor.
- Abuso de comités u otros órganos burocráticos, que suelen dilatar las decisiones.
- Autoritarismo, que obstruye y cercena las capacidades de la organización.
- Dejarse estar y no decidir a tiempo, posponiendo el tratamiento de problemas cruciales o complejos.