
"Un trabajo miserable no es lo mismo que un mal trabajo. Un mal trabajo depende de la valoración de cada trabajador, pero el trabajo miserable es universal, es malo para todos. Es el tipo de trabajo que hace que la gente se vuelva cínica, que se frustre y desmoralice cuando llega a su casa por la noche. Les absorbe la energía, el entusiasmo y al amor propio.
El primer signo de un trabajo miserable es el anonimato, el sentimiento que tienen los empleados cuando se dan cuenta de que su jefe tiene poco interés en ellos como seres humanos, y sabe poco de sus vidas, aspiraciones e intereses.
El segundo signo es la irrelevancia, que nace cuando los empleados no pueden ver cómo su trabajo hace una diferencia en la vida de los demás. Los empleados necesitan saber que el trabajo que ellos hacen afecta la vida de alguien (un cliente, un compañero, incluso un supervisor) de una forma u otra.
El tercer signo es la imposibilidad de medición, esto es, la incapacidad de los empleados para evaluar, por ellos mismos, sus contribuciones o éxito. Aquellos empleados que no tienen herramientas para medir qué tan bien trabajaron en un determinado día o semana, dependen totalmente de la opinión subjetiva de otros, casi siempre sus superiores, para evaluar su progreso o contribución.
En otras palabras, si usted desea evitar que sus empleados sean desdichados, actúe para que su trabajo no sea un trabajo miserable."
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