¿Qué mantiene la cohesión de los empleados y los motiva a hacer lo correcto antes que lo fácil? Según lo sostienen Paul Meenhan, Darrell Rigby y Paul Rogers en esta nota (fuente "Carta de Noticias" - Revista Gestión), la respuesta está en la cultura, o el conjunto de valores, principios y conductas que incentivan un ambiente de trabajo orientado al éxito.
La importancia de una cultura ganadora ocupó un lugar sobresaliente en una encuesta reciente de la consultora Bain & Company: el 81% de los ejecutivos encuestados creía que, sin una cultura ganadora, las empresas estaban "condenadas a la mediocridad". Una "cultura ganadora" tiene dos características definitorias: primero, una personalidad única y un alma basada en valores compartidos y una herencia común. Segunda, normas y comportamientos que traducen esa personalidad única en acciones orientadas al cliente y resultados financieros. Según las investigaciones realizadas por los autores, las empresas que crean y mantienen culturas ganadoras tienden a implementar los siguientes cinco pasos:
1. Auditar la cultura y establecer nuevas expectativas. Entender lo que es único en el legado de la empresa, las fortalezas en la cultura y los puntos que faltan provee una sólida base sobre la cual formular las iniciativas de cambio de la cultura. Para ello es necesario auditar la cultura, es decir, entrevistar individualmente a un amplio grupo de empleados o realizar una encuesta en toda la empresa.
2. Poner a punto al equipo ejecutivo. Contar con el equipo ejecutivo adecuado es uno de los pasos más críticos en el proceso de creación de una cultura ganadora. A menudo es necesario incorporar nuevos ejecutivos y sacar del equipo a algunos para conseguir el entusiasmo e impulso necesarios para orientar al triunfo.
3. Poner el foco en los resultados e incentivar la responsabilidad. La cultura es un medio para un fin, no es un fin en sí misma. El fin es la agenda estratégica de la compañía y, para crear una cultura que respalde esa agenda, la recomendación es la siguiente: fije objetivos del negocio y sea explícito sobre la manera en que esos objetivos se traducen en las metas de los gerentes individuales.
4. Manejar los impulsores de la conducta. La cultura es un concepto blando, pero en ella inciden disciplinas duras como la estructura de la organización, los sistemas de gestión del talento y los incentivos. Para que un cambio significativo tenga lugar, esos elementos deben alinearse en una nueva dirección.
5. Comunicar y celebrar. El cambio cultural suele ser largo. Para asegurarse de que la organización vaya por el camino correcto, los líderes deben mantenerse atentos a las percepciones y sugerencias de los clientes, escuchar sus problemas, descartar las prácticas que no dan resultado y difundir las mejores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario